SAINT NAZAIRE - ESTOCOLMO

ETAPA 2 DEL VIAJE A CABO NORTE

Los antecedentes del Viaje:
1. Trailer de presentación
2. En recuerdo de Lecall
3. Ferry Gijón - Saint Nazaire

A las doce del medio día, salimos de Saint Nazaire con rumbo a Estocolmo. Nos quedaban 2.600 kilómetros de aburridas autopistas con el único aliciente de visitar el circuito de Nurbungring.

El primer día no mucho que contar, unos 1.000 kilómetros para llegar a la frontera Alemana por las conocidas autopistas de peaje francesas.

El segundo día amaneció con la locura de Nurburgring. Para preparar el viaje, había leído por algún sitio que Fernando Alonso, había comentado que es de locos ir a correr a Nurburgring. Bien, pues se quedó corto en su afirmación.




A medida que te aproximas al circuito, te vas dando cuenta del ambiente de carreras que hay. Coches super deportivos, transformados, gente con el casco dentro del coche, barras antivuelco, etc. Las motos igual, todas RR´s. 

Entrar al circuito cuesta 20 euros por dar una vuelta. Según pasas el inicio, los porches, ferraris y demás fauna te empiezan a pasar a una velocidad muy muy alta. Alucinante, de verdad. Delante iba Taz con la custom y detrás yo. Miraba más por los retrovisores que para la carretera, el warning encendido y rezando lo poco que se.

Luego llegas a unas curvas, lo llaman "el carrusel", son unas curvas superperaltadas en las que parece imposible meter el coche o la moto, pero doy fe que los chiflaos que entran aquí lo hacen.

Hay un vídeo grabado que hizo Emma, a la vuelta del viaje lo intentaré editar, pero mientras, dejo este de Fernando Alonso que da una imagen de la locura de Nurburnring.


Con el susto aún en el cuerpo tomamos dirección a Rostock, donde cogeríamos un ferry que nos llevaría a Suecia. Fuimos todo el rato por la autovan alemana, que después de lo vivido ya no impresionaba tanto ver a audis, bmw y demás fauna a más de 200. Casi todo el camino fuimos a unos cómodos para mi y no tanto para Taz, 150 km/h de marcador.

En el circuito me había dado cuenta que no llevaba documentación de la moto, por lo que temía que en el ferry me la pidieran y no pudiera pasar, pero no me pidieron nada, ni siquiera el DNI. Para adentro pues!

A punto de embarcar camino de Suecia

En el ferry, la primera sorpresa es que nadie nos ata las moto. Tenemos que amarrarlas nosotros mismos. La segunda es que no hay sillas para dormir. Mucha gente llevaba sacos e incluso unos llevaban hasta un colchón para pasar la noche, nosotros nada. Nos tocó "dormir" en el suelo....


Emma y Taz en el comedor del ferry

A las siete de la mañana el ferry llegó a Suecia y nosotros tomamos rumbo a Estocolmo. Antes de emprender viaje, decidimos visitar el puente de Oresund. Este puente-túnel, une Dinamarca con Suecia en 80 kilómetros y por pasar hay un peaje de 20 euros. La idea no era atravesarlo, pero mi despiste nos jugó una mala pasada y nos fuimos directos a las cabinas de peaje. Tras un pequeño momento de pánico decidimos saltar una barrera, después otra y salir por la tangente a una carretera comarcal. No era plan de hacer 160 kilómetros más y pagar 50 eurazos....

Puente de Oresund

Desde aquí y tras 600 kilómetros por autopistas con guardarrailes asesinos, tormentas de órdago y a ratos algo de sol, llegamos a Estocolmo

Continuará....

Comentarios

  1. En definitiva los viajes en motos con varios compañeros son una nota, son momentos inolvidables.

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